"Junto con la apacible guía que recibimos del Espíritu Santo, de vez en cuando, Dios nos confirma a cada uno, de manera poderosa y muy personal, que nos conoce y nos ama, y que nos está bendiciendo específica y abiertamente. Luego, en nuestros momentos de dificultad, el Salvador reaviva esas experiencias en nuestra mente."
"Esas experiencias pueden presentarse en los momentos cruciales de nuestra vida, o en lo que en principio podrían parecer acontecimientos triviales, pero siempre vienen acompañados por una confirmación espiritual excepcionalmente fuerte del amor de Dios."
"Si bien no podemos elegir el momento en que recibiremos esas experiencias decisivas, el presidente Henry B. Eyring dio el siguiente consejo para prepararnos: “Esta noche y mañana por la noche, ruego que oren, mediten y pregunten: ‘¿Me envió Dios algún mensaje […] exclusivamente para mí?’. ¿Vi Su mano bendecir mi vida o la vida de mi[ familia]?” La fe, la obediencia, la humildad y la verdadera intención abren las ventanas de los cielos ."
"Cuando las dificultades personales, la duda o el desaliento oscurecen nuestra senda, o cuando las condiciones del mundo que están fuera de nuestro control nos llevan a preguntarnos por el futuro, los recuerdos espiritualmente decisivos de nuestro libro de la vida son como piedras brillantes que ayudan a iluminar el camino que tenemos por delante, confirmándonos que Dios nos conoce, nos ama y ha enviado a Su Hijo, Jesucristo, para ayudarnos a regresar a casa."
"Atesoren sus recuerdos sagrados. Créanlos. Escríbanlos. Compártanlos con sus familiares. Confíen en que les han sido dados por su Padre Celestial y por Su Hijo Amado. Permitan que les den paciencia en sus dudas y entendimiento en sus dificultades. Les prometo que, a medida que reconozcan de buena gana y atesoren cuidadosamente los acontecimientos espiritualmente decisivos de su vida, recibirán más y más. ¡El Padre Celestial los conoce y los ama!"